Con la intención de aumentar las posibilidades de supervivencia de las personas cáncer, desde la Fundación Montañas Azules hacemos énfasis en la importancia de una detección temprana por medio de herramientas prácticas que pueden hacer una gran diferencia para un tratamiento exitoso.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, el cáncer es la segunda causa de muerte en todo el mundo; en el año 2018 ocasionó 9,6 millones de muertes, es decir, una de cada seis. Uno de los agravantes en el tratamiento de esta enfermedad es su detección tardía, inclusive en países con sistemas de salud avanzados, lo que reduce en gran manera la posibilidad de una recuperación exitosa y somete a varios pacientes a sufrimientos innecesarios.
Tratar al paciente a tiempo no solamente aumenta sus posibilidades de vida, sino que reduce los costos del tratamiento ya que, según estudios realizados en países desarrollados, detectar el cáncer en una fase temprana posibilita la aplicación de métodos más eficaces y menos complejos o costosos. Según la OMS, hay tres medidas que mejoran significantemente el diagnóstico del paciente:
- Concientizar al público de los síntomas del cáncer y acudir a tiempo por asistencia médica al identificarlos.
- Equipar los sistemas de salud y su personal para que se efectúen diagnósticos acertados y oportunos.
- Incentivar el fácil acceso a los sistemas de salud con inclusión de alivio del dolor sin que ello suponga un gasto personal para el paciente y sus familiares.
El cáncer junto a la diabetes y enfermedades cardiovasculares causaron 40 millones, de los 56 millones de muertes registradas en el 2015. Mas del 40% de estas personas eran menores de 70 años.
Concientizar, equipar e incentivar son la clave para reducir la alta tasa de mortalidad de esta enfermedad por medio de un diagnóstico temprano y oportuno.
